Alexander von Humboldt descubrió al pez capitán, un ejemplar de un poco más de 20 centímetros, con un cuerpo de color verde oscuro y negro, endémico de la sabana. La contaminación del agua, su traslado forzoso a varias lagunas y la pesca inadecuada, lo tienen al borde de la extinción.
Vistas como un obstáculo para el progreso durante dos siglos, estos cuerpos de agua representan un elemento fundamental en el sostenimiento de la cuenca del río Bogotá. De la preservación del las lagunas depende la seguridad hídrica de los habitantes de la sabana.
La mágica forma en la que nace el río adorado y protegido por los muiscas, se desdibuja rápidamente en un puñado de kilómetros repletos de contaminación. Conozca cuáles son los planes de acción para recuperar al río Bogotá en su cuenca alta.